lunes, 21 de julio de 2014

Sobrevivir. Sin agallas

Toda una vida caracterizada por no tener agallas para tomar decisiones trascendentes. 

35 años aceptando la vida como ha venido, puede que por miedo a que venga algo peor. 

Sin plantearme que hay otras opciones, que si no me arriesgo es imposible que gane, sobre todo cuando la baraja ya estaba mal repartida de antemano. 

Tantos años creyendo a pies juntillas que los sueños que no se cumplen es porque así debía ser, sin que se me pasara siquiera por la cabeza salir a por ellos, mirarlos de frente. 

Envuelta de miedos sin entender la necesidad de enfrentarme a ellos, plantarles cara, recordarles quién manda. 

Entonces viene alguien que te explica que ha tomado una decisión arriesgada, sin un as en la manga, por el simple hecho de no querer seguir diciendo amén a la vida. 
Puede irle bien... o mal, pero sin duda, nunca le quedará el sinsabor del "qué habría sido de mí si...". No le quedará el arrepentimiento de no atreverse a mover ficha. No tendrá que pensar en sus sueños, porque ha decidido salir en su búsqueda. 

Ellos le encontrarán. 

Y muero de envidia, no puedo negarlo. De envidia por no tener el mismo valor que ella, de pena por saber que yo sigo sin plantearme esa decisión -y ninguna que se le parezca-. De agobio porque con mi quietud estoy obligándome a seguir atrapada en una realidad que no siempre me gusta, viendo mis sueños pasar por encima de mí, diciendo adiós con la mano... Partiendo hacia un futuro del que yo misma no formo parte. 

Verlo desde fuera ayuda a saber que no hacer nada nunca es buena idea. 

Que la vida no "es así", que puede ser como queramos hacerla. 

Y quizá, sólo quizá, ese pensamiento ayude a dar un primer paso. Todas las decisiones empiezan con un primer paso. 

Como esa misma persona me ha dicho... "Cuando tengas claro el objetivo, sabrás cómo alcanzarlo". 

Quizá el primer paso sea definir al detalle el objetivo, creer en él y mirar adelante, seguro que él también lo está deseando... Al fin y al cabo, ¡yo decido mi sueño! 


5 comentarios:

  1. Piensa en tus sueños. Dedicate tiempo a to misma. Es el primer paso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un millón de gracias! Tienes toda la razón. Supongo que la clave está en focalizar... Y centrarse en conseguirlo.
      ¡Gracias!

      Eliminar
  2. Como te entiendo... Yo siempre me pienso todo muchísimo, todo me da miedo, siempre encuentro un motivo por el que quedarme quieta... Se podría decir que soy poco ambiciosa y que el miedo a lo que pueda pasar muchas veces me paraliza...
    He de decir que tengo una persona a mi lado que a veces me da empujoncitos y me ayuda a subir escalones. Pero se que es un trabajo mío personal el que debo hacer. Y se que tengo un objetivo para hacerlo, mi niña. Quiero que ella luche por sus sueños y debo darle ejemplo...
    Y se que tu también lo conseguirás! Poco a poco. Vamos a darnos tiempo...
    Y eso de que no tienes agallas no es del todo cierto... Yo se que las tienes, solo que a veces están más dormidas de lo que quizá te gustaría...
    A veces el extremo sentido de las responsabilidad nos hace tener que dejar aparcados nuestros sueños...
    Un abrazo enorme!!
    Muacks!

    ResponderEliminar
  3. Son pocas las personas con suficientes agallas.. Muy pocas. Yo también me sumo al Club de las Cobardes, pero solamente el hecho de reconocerlo nos acerca más a dar el salto.
    Sé que lo conseguirás.. Todo.
    Besazos enormes amiga!

    ResponderEliminar
  4. ¡Pues eso es! El primer paso es darte cuenta, y tú lo has hecho. Date tiempo para definir un objetivo. Tal vez no sea que no hayas tenido agallas, sino simplemente que no has sabido por dónde empezar... Creo que casi todas coincidimos en eso: el primer paso está dado. Así que te animo a seguir por ese camino si es lo que te va a hacer feliz. ¡A por ello!

    Un abrazo muy grande =)

    ResponderEliminar