jueves, 23 de mayo de 2013

¿Alzamos la voz?

A través del sufrimiento de una preciosa mamá tuitera  estoy volviendo a vivir estos días mi calvario de hace poco más de un año (¿Conciliación? )

Separararte de tu bebé cuando aún te necesita tanto, cuando tú le necesitas tanto y tan cerquita es, sin rodeos, antinatural. Mucho más cuando te ves obligada a dejarlo en manos de desconocidos.

Recuerdo cómo algo se rompía en mí cada día, cuando la dejaba y me marchaba a "cumplir mis obligaciones". Recuerdo el vacío, la impotencia, el sinsentido.
Únele el sentirte incomprendida, y tienes un cóctel explosivo. O problemas con tu jefe, que se resiste a tu reducción/derecho...

Dolor, mucho dolor. En mi caso hubo hasta rabia contra un sistema deshumanizado que obliga a esa barbarie. Y contra todo el que calla... ¿acaso no todas sentimos lo mismo? ¿por qué aceptamos sin más?

Puede que el miedo tenga mucho que ver. Nos han metido tanto en el cerebro eso de "no te quejes, da gracias que tienes trabajo"... Que tragamos, no sea que pasemos al bando de los que no tienen "tanta suerte".

Aunque también tengo otra teoría. Puede que nos pase como cuando sufrimos una negligencia médica. Solo queremos salir de ese hospital, olvidar, "ya pasó". "Denuncia", nos dicen. Pero decimos que no, que ya tenemos suficientes problemas, que preferimos "pasar página".

Y, así, nadie se entera.

Y, así, el negligente vuelve a hacer daño con absoluta impunidad.

Y, así, nuestros seres queridos sufrirán las mismas negligencias, nada cambia.

Alcemos la voz. No desistas. No se lo permitamos más, no "abandonemos" a las futuras generaciones ante las manos "negligentes" de un sistema que ya no funciona.

No te pido que te manifiestes en la puerta del Congreso, eso lo dejo a tu total elección. Pero alcemos la voz. Solo eso. Gritemos que es injusto, que merecemos un cambio.

Simplemente, no aceptemos sin más.

Sin ánimo de parecer populista, creo que nuestros hijos merecen que al menos lo intentemos.

** Por si no lo conoces, existe Conciliación Real Ya , un grupo de valientes que lucha por que las cosas cambien en materia de conciliación. Un grupo más que necesario para ayudarnos a alzar la voz...

**Querida Leti, gracias por inspirarme, aunque desde el dolor más profundo. Sé cómo te sientes y te repito que aquí estoy, por si me necesitas. También sé que nada consuela, pero compartir el dolor hace que se diluya un poquito...

miércoles, 22 de mayo de 2013

Llámame sectaria

Llámame sectaria. Talibana. Fundamentalista. Podría decirte que no me importa, pero no es del todo cierto. Me hiere.

Es bien cierto también que los grandes cambios en la humanidad han venido acompañados de críticas, persecuciones, insultos, palizas y hasta hogueras. Así que, mirando el lado positivo, tú y tu séquito (seguro que esta palabra sí te encanta) me estáis dando alas. EL CAMBIO SE ACERCA.
¿A dónde va ese cambio? A una vida con amor, a un futuro sano psicológicamente hablando, a unos hijos que hablen con orgullo de sus padres, no con rencor.

Si los nombres que les han puesto a los conceptos no te gustan, no los uses, es fácil, muy fácil. O mira hacia otro lado, hay cosas hermosas que seguro no te hacen enfadar tanto.

Aún me dan vueltas en la cabeza algunas de tus barbaridades. Y eso que yo estoy segura de lo que hago. Imagina el daño que puedes causar con tus palabras a mujeres, madres primerizas, perdidas. No sé si podrás imaginarlo, porque eso supone EMPATÍA, e intuyo que esa es otra de las palabras que te ofenden.

Podría decirte que, para mí, dejar llorar a un bebé hasta la extenuación es una especie de maltrato. Y entonces creerías que te estoy faltando el respeto.

Se cometen atrocidades en nombre de una disciplina que, sinceramente, a nosotros, a toda una generación, tampoco nos ha ido tan bien, a juzgar por el número de veces que vamos a psicólogo, psiquiatra, coach, llámalo como quieras (se te da mejor que a mí).

Entiendo que os dé miedo esta forma "diferente" de crianza, porque todo lo nuevo asusta, porque nadar contracorriente siempre fue visto de locos. ¡Mira! También puedes llamarme loca.
Pero no vas a hacerme cambiar de opinión. Tus palabras me hacen daño, pero también me dan alas. El cambio es más necesario que nunca. No voy a dejar de fomentar el respeto, la empatía y la solidaridad. Solo así la generación de mi hija vivirá en armonía, aunque la llamen "hippie" o sectaria.
Quiero criarla en la tolerancia, para que jamás salgan de su boca palabras como las que tú has escupido. Intuyo algo de rencor o frustración... pero no seré yo quien te juzgue.


*Aviso: Esta entrada va dedicada a la autora de un post ofensivo que no voy a nombrar, evidentemente, pues no quisiera hacerle más publicidad de la que ya ha conseguido. Su objetivo se ha cumplido.
Pido perdón a quien no entienda... Sé que os creará curiosidad. Seguro que si indagáis sabréis de quién hablo. Para mí, no merece más que estas palabras que, como siempre, son mi desahogo necesario.
No es bueno acumular enfado, podría convertirse en ira...

martes, 14 de mayo de 2013

Cansada de estar cansada

Estoy cansada de sentirme culpable por prácticamente todo.

Cansada de sentirme juzgada cuando con total seguridad el resto del mundo tiene cosas mucho más interesantes que hacer que juzgarme.

Cansada de tener que justificarme en cada decisión, aunque esa decisión afecte de forma exclusiva a mí y mi familia.

Cansada de formar parte de un capitalismo del que reniego y participo a partes (casi) iguales.

Cansada de no ser yo. Porque sí, señores, yo solo soy yo cuando mi niña está cerca. Esa otra Carol que se disfraza con americana, que acude a reuniones y da palmaditas cuando toca, esa no soy yo. Y lo más importante es que tampoco quiero serlo. No me gusta serlo, no me siento yo.

Cansada de intentar que me creas. A ver cómo te lo explico. No trabajo para sentirme realizada. Respeto que para ti el trabajo sea fuente de realización, pero para mí no lo es. Yo me siento realizada cuando mi pequeña se ríe a carcajadas. Cuando aprende una palabra nueva porque ha decidido repetir las mías. Cuando se atreve a dar un paso más porque se siente segura de mi mano.
Podría seguir eternamente... Pero sé que aún no entenderías.

Yo trabajo SOLO porque necesito dinero para ver crecer a mi hija de forma saludable. Por ningún otro motivo. Sí, sé que me llamas retrógrada por ello, machista y alguna barbaridad más. No me lo considero, pero no soy responsable de lo que tú digas, mucho menos de lo que pienses.

Si es que en realidad estoy cansadísima de estar cansada... De obligarme a dar explicaciones cuando nadie más que mi conciencia las pide.

Ojalá pudiera quedarme en casa con mi niña, verla crecer, disfrutar cada segundo como estoy disfrutando ahora mismo, en mis días de vacaciones (que más sirven para ver cuantísimo me pierdo en el día a día). Y que me dijeras que estoy loca, que ya me arrepentiré, que todos necesitamos "coger aire"...
Incluso aunque tuvieras razón... Me encantaría poder dártela. Somos humanos, nos equivocamos, aprendemos, rectificamos. Pero hoy por hoy, solo quiero sentirme realizada. Ya te he dicho qué es para mí sentirme realizada.

viernes, 10 de mayo de 2013

Próxima parada

Hay momentos en la vida en los que tienes que parar, coger aire para poder avanzar a la vuelta...

Pues ahí estoy. Algo apática y susceptible, eso es cierto. Alguien me ha dicho hoy que estoy "un poco pesimista", y creo que tiene toda la razón.

Es algo natural, todos necesitamos momentos así para evolucionar... Pero no me gusta. Por eso quiero cambiar el punto de vista, quiero dejar de desconfiar y quiero sonreír más.

Esto de Twitter ha tenido algo que ver... Pero creo que la única culpable soy yo. Veo palabras malintencionadas donde probablemente otros ven humor, noto desconfianzas que tal vez no me pertenezcan... Por eso he pensado hoy alejarme un poquito. Solo un poco, para verlo desde otra perspectiva.Volver a sentirme bien con cada comentario y dejar de sentirme obligada a todo. Obligada por mí, ¿eh? Soy consciente de que nadie me pide nada, pero yo misma quiero leer todos los post, comentarlos, participar en carnavales, premios y sorteos... Y es del todo imposible. Al menos es incompatible con mi objetivo número 1: empaparme de la vida 1.0.

Así que escribo hoy para pedir perdón en general, por no escribir, por no leer, por no comentar, por no compartir...

Escribo para desahogarme, ya sabéis que de eso trata esto, y conseguir así liberarme de mis propias presiones. Puede que solo con esto, mi mente se sienta mucho menos pesada y empiece a remontar...

Ya veremos.

Os leo cuando puedo, comento lo mismo... Pero aquí estoy, si conseguís no olvidaros de mí a pesar de la poca presencia... ¡nos vemos a la vuelta!

sábado, 4 de mayo de 2013

¡Sorpresa!



Sé que a muchos esta entrada os parecerá absurda, puede que hasta evitable. Si es así, perdonadme de antemano.

Es que la emoción me hace gritarlo... ¡¡¡Voy al concierto de (mi) Alejandro (Sanz)!!!

Si no os pongo en antecedentes no vais a entender nada, lo sé.

Alejandro es para la mayoría de la gente un cantante. Bueno o malo, puedes pensar lo que quieras. Un cantante también evitable para muchos. Para mí, durante mucho tiempo, lo fue todo. Sé que corro el riesgo de parecer superficial (hasta chiflada, soy plenamente consciente).

Hace 20 años, cuando mi vida se derrumbaba por completo (Madre ausente), aparecieron él y sus letras. Él y su música. ÉL.

Yo tenía 13 años y una perspectiva de vida bastante negra. Y él lo llenó todo de luz, de amor a raudales, de ternura, de vida. Supongo que fue un mecanismo de defensa, pero se convirtió en mi refugio. Sé a ciencia cierta que si no hubiera pasado horas y horas encerrada en mi habitación escuchándole me habría vuelto loca.
Mi vida empezó a girar alrededor suyo. Lo sabía todo de él, mi habitación se convirtió en un santuario con sus fotos por todos lados. Hasta enseñé a mi sobrina (que por entonces tenía unos 2 años) a decir "tito Álex" cuando lo veía en la TV (lo sé, visto desde fuera puede hasta catalogarse de obsesión).
No sé si entenderéis, o si al menos os podéis hacer una idea de qué significaba para mí.

En fin, que 20 años después sigo quedándome totalmente petrificada cuando le escucho hablar. Es como si me hipnotizara. Para mí es "volver a casa", a mi refugio, a donde te sientes realmente en paz.

Bueno, como los antecedentes ya están claros, os explico a qué viene este post.

Llego a casa. Mi marido me dice que no puede esperar más, que me da el regalo del Día de la Madre que debía darme mañana. Genial, me encantan sus regalos. Lo abro. Una caja de cartón preciosa, me servirá para guardar algo (aún no sé qué) seguro, pienso. En la tapa, una nota de su puño y letra: "pide un deseo". Alucino. ¿Deseo? No deseo más que pasar muchas muchas horas con él y mi niña... Abro la caja. Y ahí, boca arriba, encima de montoncitos de papel de regalo hechos bolitas, las entradas. "Alejandro Sanz. 30/05/2013", he leído. Y no he sabido reaccionar... Sí, he llorado.
Enseguida mi mente se ha puesto a dar vueltas. ¿Con quién voy a ir? Nunca hemos salido los 2 solos desde que nació la peque. PORQUE NO HEMOS QUERIDO, que quede claro por si las moscas. Sabía que no iba a ir con él y en esa caja habían 3 entradas... Entre lágrimas le he mirado espectante. Y ha dicho el nombre de mis 2 amigas más importantes. No entendía nada... "¿Van a pagar más de 60€ para acompañarme?". "Sí, he hablado con ellas y están encantadas".

En serio, sé que habrá mucha gente que no entenderá el por qué de tanta emoción... Pero para mí es tremendo.

Hace pocos días hablábamos de eso de salir sin la niña. Yo le comentaba la verdad, de momento no me apetece. No es que no pueda, es que no quiero pasar un segundo sin ella. Ya vendrá el tiempo en que me apetezca, pero de momento, no. "Solo me despegaría de ella (un ratito) para ir al concierto de Alejandro", le dije. Supongo que algo se activó en su cabeza, y aquí están las entradas.

Pero no solo eso. Se puso en contacto con mis amigas, les preguntó si querían, si estaban dispuestas a pagar, porque es bastante caro... ¡Y dijeron que sí! A pesar de no estar en el mejor momento económico... A pesar de que el concierto sea un jueves y al día siguiente madruguen... A pesar de todo, ¡han dicho que sí!

Pues eso, que han estado días "maquinando" a mis espaldas, solo por hacerme feliz. Por verme sonreír.

Me siento tan afortunada...

Por él, que se empeña en que siga saliendo el sol cada día.

Por ellas, que, a pesar de los pesares, siempre salen corriendo a socorrerme si lo necesito.

Y por esta vida que (más vale tarde que nunca) ha empezado a compensar el sufrimiento...

Gracias, vida. Mil gracias.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Gracias por comentar

Es verdad, no soy bloguera, como dije hace un tiempo. Pero, oye, le estoy cogiendo el gustillo a esto de desahogarme en público.
Vosotras, que sois grandes blogueras, seguro que habéis olvidado ya el subidón que se siente cuando recibes muchas visitas... Y algún que otro comentario. Ay, los comentarios... ¡Qué caros son! ¡Cuánto cuestan! Esto de Blogger, que es muy chivato, te dice cuánta gente te ha leído. Entonces ves, de repente, que una entrada ha sido visitada 1368 veces (para mí, una pasada, impresionante, increíble, vaya) y tienes... ¡¡¡6 comentarios!!! Sí, seis, incluidas mis respuestas. Y como yo me empeño en ser educada y contestar TODOS los comentarios, resulta que han habido TRES valientes que han dejado comentario.

A ver si me sé explicar... No es que esté obligando a la gente a comentar, que en los tiempos que corren bastante hacen con terminar de leer la entrada completa (estoy más que convencida que muchos no llegan al final, que escribo pocas pero las que salen son siempre demasiado largas...). Pero sí, me encantaría que lo hicieran, aunque fuera para decirme "menudo tostón". Algo que me diga que están ahí, de vez en cuando, o siempre, da igual, pero que están.

¡Ojo! Que los valientes que terminan de leer las entradas y, además, comentan, también merecen mención especial... ¡faltaría más! Son poquitos, así que terminaré rápido.

  • mamatambiensabe y ¡vaya si sabe! Apareció en mi vida en un momento duro... Andaba yo perdida en esto de Twitter, quejándome en vano de mis injusticias laborales... Y entonces llegó ella. Y, de repente, empecé a estar un poquito menos sola. Con ella vino algo de luz, me demostró que solo unidas podremos acabar con las injusticias. Me enseñó el poder de la lucha y me animó a no caer. Y ella, que tantísimo sabe, no sé si sabe que desde entonces se convirtió en alguien fundamental en mi vida (de momento 2.0). Que solo una palabra suya me anima el día, y saber que está (y os prometo que SIEMPRE está), hace que todo parezca mucho más fácil... GRACIAS, Cata, de verdad. Espero ansiosa el achuchón 1.0.
  • El Universo de Lai Ay, ella... Ella siempre me saca una sonrisa, SIEMPRE. Ya sea recién levantada, cuando se lava la cara con las gafas puestas (jajaja aún no puedo quitarme la sonrisa de la cara al imaginarte), o las noches de los lunes, en que compartimos más que un programa de televisión (mención aparte tendrá mi maravillosa #GHmamipandi, por supuesto). Eres grande, única, verdadera. Juntas conseguiremos superar todos esos baches que la vida se empeña en ponernos en el camino, debes estar segura de ello.
  • La morada de Nieves Nuevísima incorporación a la blogesfera y arrasandooooooo. Es impresionante cómo escribe, cómo siente, cómo es. Tanto, que reconozco que a veces me cuesta creer que no es un personaje de ficción, la protagonista de un libro de esos que me absorven desde el primer día. Apareció de repente en mi blog, haciendo una entrada estelar. Y, en muy poco tiempo, se ha convertido también en esencial. ¿Sabes cuando empiezas un libro de esos interesantísimos, de los que no puedes despegarte casi ni para ir a dormir? Pues eso me pasa con ella. Se hace querer desde el minuto uno. Grande, muy grande. Auguro una carrera meteórica, en breve la vemos firmando libros en Sant Jordi, al tiempo.
  • mis2monstruitos Porque también de papis vive Twitter... Moisés es especial lo mires por donde lo mires. Padrazo donde los haya. Divertido a tope, optimista y muy detallista. También él siempre está, siempre comenta, aunque sea para levantar el dedito y gritar... ¡presente! Seguro que es porque también él sabe cuán importante es recibir un comentario, cómo te llena de energía para seguir... Gracias, de verdad.
  • La mamá de mi rubio Hablamos poquito, pero sé que está. Divertida y cariñosa a partes iguales. Necesito más tiempo para seguir descubriéndola y hablar de ella... Pero merece también estar aquí, porque también es de las valientes que comenta. Gracias, guapa!
  • Mamá (Contra) Corriente No me extenderé con ella... Porque ella merece un post para ella solita. Grande como la que más. Inteligente, sensible, siempre pendiente de mí... Demasiado confiada a veces (ojalá nunca deje de serlo, es parte de su encanto). Mujeraza, madraza, y todos los "-azas". Solo le falta creérselo un poquito más ella misma. GRACIAS por tantos consejos, por escuchar siempre, a cualquier hora.
¿Lo ves? La lista es cortita... Hay algún comentario más, pero o son aislados o es una "relación" que acaba de empezar, por lo que tal vez más adelante reciban otro post...

Me encantaría que la lista creciera, porque todos tenemos algo de exhibicionistas cuando nos decidimos a publicar pensamientos. Me encanta recibir comentarios, por supuesto. Pero lo que más me gusta es lo que me aporta este mundo 2.0, en que el anonimato diluye los miedos y nos permite compartir lo más profundo sin temor a sonrojarnos.

Os doy las gracias desde aquí, chicos, sois una tribu perfecta.

P.D. Mi #GHmamipandi... GRACIAS por las risas, por las "paranoias", por la diversión, por sacarme una sonrisa en días en que parecía imposible. Nos cambian a los jueves, pero ahí seguiremos, ¿no?