miércoles, 23 de abril de 2014

Mi regla de oro se llama respeto

Mi regla de oro se llama RESPETO.

Respeto a madre naturaleza, porque sin ella no somos.

Respeto la vida, tamaño regalo. 
La muerte, que acecha.

Respeto a quién piensa como yo, porque me reconforta. Y al que piensa diferente, porque me nutre.

Respeto al que me da de comer, aunque no siempre me guste todo lo que hace, y no siempre me llegue, ¡menuda paradoja!, ni para comer.

Respeto a mi vecino, que cada uno en su casa tiene sus reglas.

Respeto a quien conduce, lo haga bien o menos bien.

Cuando trabajo, respeto al que está por encima, que sabe lo que hace (o debería), pero también y, sobre todo, a quien está por debajo, que necesita ser guiado, que no nació enseñado, que siempre quiere más, que nunca pretende hacer las cosas mal por el placer de equivocarse. 

Respeto tus ojos, que siempre deciden dónde mirar, deciden cómo y cuánto. 

Tus manos, que siempre piden más, que gozan cuando experimentan, que se empapan de sensaciones. 

Respeto las palabras del anciano, siempre llenas de sabiduría, incluso cuando se han perdido en su propio olvido. 
Respeto las del niño, que se atropellan unas a otras, en ese ansia por salir al mundo, por poner nombre a tanta nueva maravilla. 

Respeto cuando decides que no, tengas la edad que tengas, seas adulto o niño, que todos tenemos derecho a decir basta.

Respeto tu sonrisa, porque no sería nada sin ella. Porque de sonrisas se alimenta este mundo, de sonrisas sinceras, de buenos días aún adormilados, de buenas noches entre arrumacos. 
Respeto incluso, faltaría más, cuando no quieres sonreír. Lo respeto porque tienes derecho a indignarte, pero lucho por cambiarlo, porque todos tenemos derecho, también, a ser feliz a pesar de todo.

Me respeto a mí, para saber respetarte a ti, para exigirte que me respetes.

Y si todos nos respetáramos... 
Sería un mundo de ensueño sin guerras, sin egos, sin racismos, sin nazismos, sin odios, sin barbaries.

Ya ves, tengo la regla de oro... Todos la tenemos tan al alcance... 

Respeto 




9 comentarios:

  1. Chapó, no tengo nada más que añadir, más que me sumo a tu regla, y que te respeto. Un beso grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, querida. Tú también eres de esta especie en peligro de extinción...

      Eliminar
  2. Plas, plas, plas. Poco hay que añadir. Ojalá cunda tu ejemplo. Un besote

    ResponderEliminar
  3. No se puede añadir nada más. Y yo te respeto a ti por ser como eres. Un besote!

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  5. Cuanto cambiarian las cosas si todos siguiesemos el camino del respeto... hace ya muxos años que yo m subi al tren del respeto, que bien vivo desde entonces y cuanto me enriquece, aunque a veces a mi no se me respete como merezco...
    Creo que es una de las mas importantes enseñanzas que podemos dar a nuestros hijos, asi que manos a la obra!
    No esperaba menos de ti nena, corazon limpio, cabeza amuebladisima. Bella por dentro y por fuera.

    ResponderEliminar
  6. Ains, yo aquí tengo que pulir... no porq no respete, si no porq tengo un pronto muy malo y a veces es muy irrespetuoso, aunq yo no quiera! Ya te lo he dicho alguna vez, tengo que hacerme más mamizen, respirar y no echar sapos y culebras... Que en realidad no es por no respetar, es por bocazas y decir lo primero que pienso, aunq luego haya que recular, que por suerte eso sé hacerlo de vez en cuando.
    Ay... A ver si cojo ritmo otra vez por aquí y vuelvo a nutrirme de esa paz, de ese respeto y de esa aura que teneis, porq últimamente me hace muuucha falta...
    Un beso, Carol!

    ResponderEliminar
  7. Te estoy conociendo y me ha gustado mucho tu manera de escribir... Besos. Excelente post. Si muchos pensaran como tú el mundo podría ser muy diferente!! Aplauso para ti.

    ResponderEliminar
  8. Qué pena que la gente no practique tu regla de oro, con lo fácil que es, ¿verdad? Además de que el mundo iría mejor, desde luego creo que, mirando por uno mismo, así es como se es realmente feliz. Siempre da gusto leerte porque eres puro amor, y eso lleva implícito el respeto que tienes por todos y todo. ¿A quién tengo que agradecerle que exista gente así, como tú? Bueno, hoy se lo voy a agradecer a tus padres :*

    ¡¡Mil besos!!

    ResponderEliminar